Captura del vídeo de WWF con los tres cachorros de lince jugando a la entrada de su cubil.
Esta imagen es puro asombro y pura maravilla. Tres adorables crías de lince ibérico jugueteando felices entre las pacas de paja de un corral como si fueran gatitos nacidos en una granja.
Pero pertenecen a uno de los felinos más amenazado del planeta. Acaban de nacer estos días en una finca de los Montes de Toledo, en Ciudad Real, donde hacía más de 40 años que algo así no ocurría.
La madre se llama Odrina y fue el primer lince nacido salvaje en esa provincia desde hacía casi medio siglo. Su madre, abuela de estos tres peluches, por nombre Mesta, nació en cautividad, y al ser liberada eligió tan inusual lugar para sacar adelante a su prole.
No te pierdas este vídeo donde las cámaras ocultas de WWF han logrado registrar sus primeros juegos al aire libre
El lugar donde han nacido es un corral usado para guardar la paja con la que se alimenta un rebaño de ovejas felices. Para entrar o salir, los linces deben hacerlo saltando por las ventanas.
El año pasado Mesta cedió el sitio a su hija Odrina, quien logró sacar adelante dos crías que ya cazan libres por el monte, bautizadas Queen y Quijote.
Linces en un puticlub
Criar un lince ibérico en un pajar no es tan extraño como pueda parecer, confirma Ramón Pérez de Ayala, experto en linces dentro del programa de especies de WWF España: “Necesitan lugares tranquilos y bien protegidos del frío, el calor, la lluvia y los depredadores, por lo que un hueco entre pajas de un corral abandonado puede ser para ellos lo más parecido a una cueva”.
De hecho, hace unos años una lincesa sacó adelante a su prole en uno de los espacios más rocambolescos que se recuerdan: en un puticlub abandonado junto a la autovía A-4. Por suerte, los investigadores descubrieron a tiempo el cubil. Al día siguiente se iba a demoler la edificación y pudieron salvar a las crías por los pelos.
La complejidad del bautizo
Para estas tres nuevas criaturas aún no hay nombre. Antes habrá que esperar a que crezcan y a que, gracias a su sexado, se pueda saber cuáles son hembras o machos. Lo que sí conocemos es la vocal por la que empezarán sus nombres. Será la R.
Para identificar a los nuevos ejemplares, los biólogos eligen cada año nombres de una lista que empiecen por la misma letra y así les ayuda a la identificación de su origen.
Gracias al aumento de las poblaciones linceras, tal ejercicio de bautismo resulta cada vez más complicado, pues al año pueden nacer ahora mismo más de 200 cachorros y resulta muy complejo encontrar tantos nombres que empiecen por la misma letra. Con la Q fue complicadísimo, pero con la R de este año todo parece más sencillo.
Gozozo “baby boom”
Este “baby boom” supone una gran alegría, pues cada vez se está más cerca de lograr una población estable. “Esperamos que gracias a nacimientos como este, la población siga creciendo hasta llegar a nuestro objetivo de conservación de esta especie amenazada con unas 750 hembras reproductoras en la península Ibérica”, certifica Pérez de Ayala.
Esta primera camada de lince de 2020 en Ciudad Real ha nacido en pleno Territorio Lince, el proyecto de seguimiento de fauna que WWF ha abierto al público para que todo el mundo pueda ver a los animales en su hábitat natural.
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